Estoicismo, ¿una escuela de sufridores?

JULIEN: Hay una frase de Epicteto que dice que lo que te afecta no es lo que te pasa, sino cómo tú interpretas las cosas que te pasan. Y a mi me impactó eso sí, sí, cuando lo ves. Pues esto tiene mucha tela. En realidad, cuántas veces hemos pensado cosas y luego a lo mejor la realidad en sí misma no era tan… He sido yo mismo el que me he creado el conflicto, la angustia. Hablaremos también sobre el tema este de la preparación, que no se me olvide, quiero hablar algo de la visualización. Pero entonces los estoicos te dan unas herramientas para enfrentar tu vida.

Y concretamente si hay algo que nos inquieta mucho algo que nos afecta mucho son las emociones, las emociones nos afectan, nos dominan. Y hay varias escuelas, como los epicúreos, que dicen: “Las emociones son importantes”. Pero los estoicos dicen: “Bueno, ya que molestan tanto, pues… las eliminamos”.

DANIEL: ¡NO tengas emociones!

JULIEN: ¡No tengas emociones! Hay como una especie de super valoración de la razón. El estoico entiende que por medio de la razón podemos dominarnos, está en Epicteto eso. Bueno, está bien dicho eso pero, claro, si lo habéis conseguido, luego me lo decís. Gracias a la razón puedo cambiar mis emociones, anularlas, y llega un momento en el cual yo tengo un poco que sospechar de si tenían un carácter especial o algo genético, pero yo empecé a pensarme si realmente eso era real. En algunas cosas sí. Voy a poner un ejemplo. Como profesor, me pasa con alumnos muy nerviosos por un examen Les pregunto: “¿Qué está en tus manos?” “¿Qué está bajo tu control?” El estudiar. “¿Has estudiado?” “¿Sí? ¿Entonces por qué te pones nervioso? ¿No has estudiado?, ¿no? ¿Para qué te pones nervioso? Y luego, la parte de la corrección del examen, ¿depende de ti? Pues no. Pues tranquilo. Ahí funciona. Ahora, lo llevo otro ámbito. Si es un hijo o una hija que sufre una enfermedad, ¿depende de ti? No. Ah, ¡entonces no me preocupo!.

DANIEL: Hay un momento, por ejemplo, en el que dice: “Cuando saludes a tu hijo, dile morirás”. Séneca tiene unos textos de “morirás”, y luego también lo hizo Quevedo, que escribió unos textos así con “morirás”. Y ahí nos parece un poco exagerado, ahí nos decimos que quizá un rigor tan extremo, quizá no tiene tanto sentido. Lo que decías antes precisamente, decías, si estaban mejor dotados genéticamente para no sentir, si no tenían los nervios eferentes, si no les llegaban las señales del dolor o algo parecido… Epicteto era famoso por una anécdota así. Epicteto era esclavo de un hombre que había sido esclavo también, que se llamaba Epafrodito, que se convirtió después en consejero de Nerón, ¿no? Y entonces este Epafrodito, el amo de Epicteto, tenía la costumbre de ponerle a Epicteto en la pierna una especie de máquina de tortura. Le ponía una máquina de tortura en la pierna y le empezaba a apretar, para hacerle daño, no por otra cosa. Y entonces Epicteto le decía: “Me vas a romper la pierna”, y el otro seguía. Y otro día: “Me vas a romper la pierna” Y un día, efectivamente, se la rompió. Y Epicteto le dijo: “Te dije que me ibas a romper la pierna. Ahora tienes un esclavo cojo” Realmente tenía un aguante impresionante.

Y curiosamente también Epicteto, no sabemos si antes o después de esto de la pierna, en una ocasión le pidió ayuda a su maestro estoico, que era Musonio Rufo, y le dijo a Musonio: “¿No me puedes ayudar con Epafrodito, que me está machacando todo el día, y es una cosa terrible. ¿No podrías ayudarme tú que eres un filósofo conocido”. Y Musonio le dijo algo así como: “¿Por qué voy a pedir a Epafrodito lo que te puedo pedir a ti?”. Es decir, puesto que tú eres el dueño de tus pasiones, de tus sentimientos y de tus emociones, con que no sientas dolor, ya está todo arreglado, no tengo por qué pedirle al otro que no te haga daño. Ya con eso Epicteto aprende y dice: “Bueno, pues nada…”

 

Séneca y Quevedo: “Morirás”

“MORIRÁS. Esto es la naturaleza del hombre, no pena. Morirás. Con esta condición entré; de salir. Morirás. Derecho es de gentes devolver lo que recibiste. Morirás. Peregrinación es la vida; cuando has caminado mucho, forzoso es volver. Morirás. Entendí decías alguna cosa nueva. A esto vine, esto hago, a esto me llevan todos los días. La Naturaleza al nacer me puso este término, ¿de qué me puedo quejar? A esto me obligué. Morirás

MORIRÁS

“Fuera verdad entera si dijeras has muerto y mueres; lo que pasó lo tiene la muerte, lo que pasa lo va llevando. Morirás. Desde que nací lo sé, por eso lo espero y no lo temo. Morirás. No dices bien: di que acabaré de morir y acertarás, pues con la vida empecé la muerte. Morirás”.

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