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Entre el corazón y el cerebro
Actuar siguiendo los dictados del cerebro o los del corazón es una dicotomía a la que recurren muchas personas. Por “corazón” hay que entender “emoción”, “sentimientos”, "sensibilidad". Es una metáfora clásica esta del corazón, aunque no está claro que sea la más adecuada, porque el corazón se caracteriza por acelerarse o detenerse en ciertas situaciones, pero tiene menos matices emocionales y mucha menos sensibilidad que el estómago o el esfínter.
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Ser escéptico con Julien Mell y Julio Romero
Una cosa que me gustaría reseñar del escepticismo es que acepta que vivimos sin un guión previo. No tenemos un texto sagrado, un texto filosófico infalible, como puede ser el estoicismo. Aceptar por ejemplo que vivimos a la intemperie, y no tenemos un guión.
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La línea de sombra
Tras emociones tan intensas, y en apariencia espontáneas, como el amor o la ternura podemos descubrir tópicos e ideas aprendidas, prejuicios y convenciones absurdas. Y también que muchas de ellas son producto de la sociedad y el momento en los que nos ha tocado vivir, aunque prefiramos pensar que esas emociones y sentimientos han sido elegidos libremente por nosotros.
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El arte de saber escuchar, según Plutarco
Tubau comenta, explica y suma aportaciones de otros autores que también trataron este mismo tema. Las de Plutarco se centran en un tipo específico de escucha: se trata de atender a quienes saben y de que su charla sea nutritiva, alimente y se reciba en beneficio propio.
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La buena vida de Plutarco
No, no, este libro lo tendrías que haber firmado tú y luego poner "con una cosita de Plutarco"...